ESPECTACULOS
Una forma de ver la experimentación teatral
Una forma de ver la investigación y experimentación teatral
Pienso que toda experimentación teatral tiene como objetivo incentivar las capacidades creativas de los actores con el fin que se manifiesten y se desarrollen produciendo formas teatrales que se distingan por su vitalidad.
Para lograr dicho objetivo se debe considerar el hecho teatral no como un resultado, sino como un proceso siempre en marcha. Que la forma teatral sea pensada, vivida, producida, organizada, consumida y transmitida, como el resultado de una experiencia que es propia y particular a los que la realizan. Una experiencia orientada siempre a la creación de un sentido determinado.
Antropológicamente la relación constitutiva de todo acto teatral es aquella entre yo-tu. En el teatro actor y espectador no son intercambiables, son únicos y cuando dicha relación se establece el acto teatral es posible. El teatro es el encuentro, en carne y hueso, entre dos seres: El actor y el espectador.
¿Qué estoy pensando cuando hablo de búsqueda, de experimentación teatral?
La característica principal en una búsqueda teatral es aquella dada por las condiciones del inicio: cuales son las herramientas y propuestas que se utilizan, quienes son las personas que la realizan.
Lo importante es como se desarrolla el proceso de la búsqueda y no los resultados a obtener. Ellos llegarán, caerán como fruta madura, en el momento adecuado. Dejarse llevar por los resultados es condenar toda búsqueda, bloquear su propia dinámica. En toda experimentación los resultados son solo momentos pasajeros, nunca productos definitivos.
Hay varias concepciones acerca de lo que puede ser una experimentación teatral.
Por ejemplo aquella que busca cristalizar en un estilo todo aquello que funciona y que es consensuado por el publico. Al buscar perpetuar dicho estilo, reproduciéndolo en serie, logra solamente una visión mecánica de lo que seria “lo nuevo”, acumulando uno detrás de otro los estereotipos teatrales listos para el consumo y la aprobación de los espectadores.
Otra concepción es aquella que defiende la organicidad en la cultura teatral.
Cuando empleo la palabra organicidad, estoy pensando a la practicas cotidianas, permanentes, que buscan responder a problemáticas muy concretas del quehacer teatral, del arte del actor.
A mi manera de ver un rasgo característico del arte teatral es la búsqueda permanente de maneras de hacer, el como. Como el actor compone, estructura, su propia “partición”, su personaje, trabajando bien sea sobre un texto, una imagen, un recuerdo.
Dicha búsqueda del Como, le abre al actor la posibilidad de ir hacia el encuentro consigo-mismo y con el espectador de una manera integra, sin olvidarse que cada experimentación pertenece a la particularidad de aquellos que la realizan, pero sabiendo igualmente que ella se inscribe en un conocimiento y en una historia del arte teatral.
Lo hemos dicho, cada experimentación debe preservar la especificidad del arte del actor, es decir, ella debe crear las condiciones para la aparición de la presencia “luminosa” de cada actor. Un actor es al mismo tiempo mas y menos que su propio personaje. El no es solo un personaje de ficción, es algo mas, algo “misterioso”, que encierra toda su humanidad, sus capacidades de acción, sus limites.
La presencia es la ausencia de aquella faz visible y cotidiana dejando ver la faz oculta, aquella que libera, de manera silenciosa, su intimidad mas secreta.
En mi trabajo de dirección con los actores, estoy atento a crear una especie de «biotopo» en donde el actor pueda navegar libremente entre aquello que es visible, que de cierta manera debe aprender, y lo invisible, aquello que él conoce, pero de lo que no es consiente muchas veces.
Es por ello que desde hace tiempo me preocupo por el estudio de diferentes maneras de abordar el arte del actor, siempre con el fin de acompañarlo en su proceso creativo, buscando que sea él quien lo dirija, haciéndose autónomo y libre, para que no sea considerado como una simple mercancía dentro del mercado del divertimiento.
Una parte de mi trabajo consiste en buscar que el trabajo del actor sea una practica artesanal, en donde la investigación, la curiosidad y la exigencia sean permanentes.
Mi idea de la experimentación puede traducirse también con la metáfora del trabajo de la tierra, cultivar, remover la tierra, sembrar y esperar que la transformación de la semilla en fruto se realice. Dicha metáfora visualiza bien en que consiste el trabajo artesanal del actor y sobre todo cual es la relación que hay que tener con el tiempo de la experimentación.
La realización de un trabajo de experimentación solo es posible con un grupo permanente de colaboradores, que sienta la necesidad y la urgencia personal de dicha búsqueda.
¿Cual es el lugar del espectador en dicha concepción del la practica teatral?
Sabemos que sin espectadores no hay teatro. Y sabemos que el espectador moderno, como todos nosotros, esta absorbido por los automatismos del consumo cultural cotidiano. Debemos entonces, en la realización de cada montaje, buscar como involucrar al espectador de tal forma que se pueda liberar de sus automatismos perceptivos.
Buscar que cada espectador sea parte integrante de la representación en la medida que se sienta espacialmente en un lugar en transformación. En un lugar que palpita.
“… Podemos preguntarnos por el destino del espectador, así como nos hacemos la pregunta sobre cual es el destino del actor. El destino del espectador es el de ser observador, pero aun mas que un observador es ser testigo (…) de participar a una ceremonia (…) es la función del testigo autentico, ser testigo es no olvidar…” Jerzy Grotowski, 1968
Gabriel Alvarez
